Cuando era adolescente (y cuando tenía veintipico, también) me sentía fatal cuando me veía en medio de una conversación: todos hablaban y yo les miraba pero no decía ni pío.
Y lo pasaba fatal, sí, pero sobre todo porque siempre había alguien que me soltaba algo así como que tenía que hablar más.
Evidentemente, ya no me siento monstruosamente inferior cuando alguien me dice esto.
Ahora me doy cuenta de que no solo el problema es mío por no querer hablar, sino también de los que no entienden que otra persona pueda estar callada. Y que no pasa nada.
Pero si ahora me siento mejor cuando me doy cuenta de que no estoy hablando es porque he descubierto que el motivo no es que sea demasiado insegura, sino que soy introvertida.
Y las conversaciones son experiencias distintas para mí que para alguien más extravertido que yo.
NOTA: este artículo está inspirado en el post «All the possible reasons why I’m not talking right know«, escrito por Jenn Granneman, fundadora de la web «Introvert, Dear». Por si quieres echarle un vistazo ,)
Descifrando el enigmático-e-incómodo-caso-de la introvertida callada
1>> Se han desencadenado demasiados pensamientos en mi cabeza en este momento > y estoy intentando decidir por cuál de ellos voy a empezar. “Cuando la tormenta se desata” > aunque para ti “A” lleve única y directamente a “B”, para mí, “A” activa todas las letras del abecedario. Eso quiere decir que, cuando me hablas de ese problema que has tenido con la cajera del super, yo ya estoy pensando en situaciones parecidas que me has contado durante este último año de amistad, las emociones asociadas, las personas implicadas, las emociones de esas personas, los pensamientos de todos… mis emociones, mis pensamientos, mis situaciones… las soluciones que me gustaría darte, los consejos que me doy para evitar darte consejo, las preguntas que me hago para saber qué preguntas hacerte para que sientas que te estucho pero no te estoy quitando tu responsabilidad, para que te sientas validada, empoderada, motivada… las autoafirmaciones que me hago para no sentirme responsable de tu felicidad…
2>> Estoy cansada > tú y la conversación que estás intentando mantener conmigo me parecen muy interesantes, pero ahora mismo mi nivel de energía es mínimo o nulo. No tengo la cabeza como para tener una conversación coherente y no quiero que te hagas una idea equivocada de mí. Necesito irme a un lugar apartado del mundo para recargar pilas y volver a sentirme en contacto con la realidad. Hasta entonces, esta conversación va a seguir siendo un monólogo si insistes en continuar.
3>> Observar y escuchar me resulta por ahora suficiente > aunque no esté hablando, estoy participando de la conversación. Estoy escuchando, observando, conectando toda la información, haciéndome mis propias representaciones de lo que está sucediendo… y, cuando llegue el momento, a lo mejor aporto alguna conclusión de todo esto. Mientras tanto, quiero seguir procesando la información que estoy recibiendo. Gracias por dejarme participar de esta manera.
4>> La conversación va muy rápido > no soy capaz de seguir la conversación porque me surgen muchas ideas sobre las que profundizar pero cuando me animo a abrir la boca ya se ha cambiado de tema. Cada uno habla sin darme tiempo a meter baza. Me estoy empezando a agobiar y a saturar. Si no se baja el ritmo voy a tener que quedarme observando nada más, a no ser que alguien se
dirija a mí directamente y me haga un hueco en la conversación.
5>> Hay demasiadas conversaciones a la vez > no soy muy buena haciendo muchas cosas a la vez. Me saturo con una sola conversación y todo lo que supone para mí como para hacerlo con varias personas a la vez. Son muchas cosas a analizar multiplicadas por el número de personas que hay en esta habitación. Además hay mucho ruido. Me distraigo, capto trozos de conversación de aquí y allá, quiero participar en todas, mi mente se divide, mi energía cae… Por favor, ¡líbrame de este sufrimiento!
6>> La activación que me supone participar me resulta muy incómoda > este es el punto más difícil de explicar y de entender, especialmente para las personas extravertidas. Sí, para hablar es necesario que el cuerpo se active por encima del nivel de reposo en el que está ahora, y esa activación a nivel fisiológico me va a resultar desagradable en este momento. Por lo tanto, necesito tener muy claro que este esfuerzo merece la pena para que me resulte más fácil lidiar con esa incomodidad.
7>> La verdad es que no me siento bien > realmente estoy desanimada, triste, desmotivada, apática… No me apetece estar aquí y hablar sobre cualquier cosa fingiendo que me siento estupendamente. Pero tampoco me apetece hablar sobre lo que me preocupa. Lo que necesito es irme a casa, aclarar mis pensamientos y sentimientos y, entonces sí, hablar con alguien para desahogarme o desconectar.
8>> Tengo muchas cosas que decir pero todas tienen un “pero” > me doy cuenta de que las palabras son limitadas para expresar lo que me gustaría expresar, y como ninguna me convence, estoy tratando de averiguar qué puedo añadir, quitar o cambiar a las opciones que se me ocurren para que te llegue y recibas exactamente lo que me gustaría transmitirte.
9>> He seguido esta conversación en mi cabeza y no acaba bien > así que no voy a seguir con ella. Prefiero acabarla con mi silencio. O puede que esté diseñando un camino alternativo para no llegar al punto muerto al que llegué por la primera vía.
10>> La conversación no me interesa > realmente esta fase de charla banal, superficial, trivial, insustancial no me mola nada. Estoy esperando a que alguien saque un tema realmente profundo o de indicios de ir más allá de lo que se está hablando. Intuyo que hablar de las dudas existenciales de los futbolistas de cuyo equipo eres fan no es por donde quieres que vaya la conversación.
11>> Las veces que he hablado no me he sentido escuchada > cuando por fin me he animado a hablar he sentido que no se comprendía y se respetaba realmente lo que he dicho. Yo siento que realmente a quien no se le comprende y respeta es a mí misma; así que en lugar de arriesgarme a seguir hablando de cosas que son importantes para mí, escojo mirarte y escuchar hasta que te note más receptivo.
12>> Me he quedado en blanco > por algún motivo, puede que porque mi mente estaba a punto de entrar en cortocircuito, ahora mismo no puedo pensar en nada que decir. Sí, tengo una vaga idea de lo que querría decir, me vienen imágenes, intuiciones, palabras sueltas, pero no consigo articular todo eso en una frase coherente. Que me ignores o me dejes de lado con tu lenguaje corporal, o que no me dejes pensar y hablar no me ayuda a participar en la conversación.
13>> Ya he tenido demasiadas conversaciones hoy > hoy he tenido que hablar ya con mi pareja, el portero de mi edificio, el señor que había en la parada, el chofer, la señora que se me sentó al lado en la guagua, mi compañera del trabajo, el jefe, mi madre me llamó por teléfono en el descanso, he whatsappeado con 5 amigas y le he tenido que repetir 5 veces la conversación al operador para que me entendiera. He superado con creces mi cuota de relaciones sociales por hoy.
14>> Realmente no quieres que hable > verás, soltar alguna palabra entre medias de tu inmensa perorata solo para que sientas que estoy de acuerdo con todo lo que dices no me apetece. No estoy de acuerdo con lo que dices pero apenas tengo tiempo para expresar realmente mi opinión, así que prefiero quedarme callada.
15>> No te estaba prestando atención > sí, lo confieso: dejé de hacerte caso. O dejó de interesarme lo que me contabas, o me recordó a algo y se me fue la mente por otros derroteros, estaba planeando la cena, o la compra del fin de semana, o me puse a soñar despierta con estar en plena naturaleza escuchando nada más que los pajaritos. ¿Podrías repetir lo último que dijiste?
16>> Hace tiempo que estoy intentando terminar la conversación e irme > pero tú no pillaste la indirecta que te lancé hace 10 minutos, ni la directa que te acabo de mandar hace 1 segundo. Como veo que tienes tantas ganas de hablar, te estoy dejando hacerlo. Pero no me pidas que escuche lo que dices ni que te responda.
17>> Lo admito, no estoy siendo muy hábil > claro que sí, también puede haber parte de inseguridad, timidez, pasividad, ansiedad, estrés, etc. Estoy intentando volverme más hábil con todo esto pero ahora mismo no soy capaz de lidiar con todo. Necesito retirarme para aclararme las ideas y poder gestionar mejor la conversación.
Qué puedes hacer para que hable (un poco) más
Como ves, que esté callada no significa que sea tímida, antisocial o una snob. Hay muchas otras explicaciones.
Si quieres ayudar, la próxima vez que no esté hablando, en lugar de preguntarme con tono reprobatorio por qué no digo nada, recuerda que puede ser por alguno (o varios) de estos motivos.
Y déjame participar en la conversación a mi manera: escuchando.
O invítame a hablar.
Pero INVÍTAME de verdad: sin forzarme, dándome tiempo, espacio y regulando tu lenguaje corporal.
No intentes hacerme sentir que está mal que haya decidido quedarme al margen.
Una mirada serena, sin ceños fruncidos, un tono de voz tranquilo, me animarán mucho más a hablar que insistirme e intentar quitarle hierro al asunto diciéndome que nadie me va a morder.
Desarrolla un poco más de empatía leyendo este artículo.
Y si eres introvertida, también puedes volverte más empática contigo misma. No te fuerces. Compréndete, date el tiempo, el espacio y las condiciones necesarias para hablar.
Aclárate, recárgate, y habla cuando te sientas preparada y a gusto.
¿Compartes con nosotras cuál es la razón principal por la que sueles quedarte observando tranquilamente en lugar de hablar?
Yo te confieso que mi motivo básico es el 1) se me ocurren demasiadas cosas y el 8) ninguna me convence. Claro que tengo que reconocer que a veces también me pasa lo del 16).
¿CANSADA DE SENTIRTE INFERIOR?
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Hola, en lo personal soy un chico de 19 años, y aunque soy muy seguro de mi mismo, me cuesta mucho trabajo hablar, me di cuenta que es porque no sé que decir, asi de fácil.
Aun asi, me gustaría ser mas expresivo, he conocido gente que de cualquier cosa sacan tema, y no son aburridos, ademas que le meten chispa y humor.
Me podrían aconsejar algo?
Personalmente, para superar esa clase de bloqueos recomiendo indagar en el interior y con vista en el pasado: ¿en qué momento mi cerebro decidió que era mejor no hablar… y ahora se queda en blanco cuando tiene que hacerlo? ¿De qué me está protegiendo? Si hablara, ¿qué pasaría? ¿Qué me preocupa que pase? ¿Cuándo empezó a preocuparme eso? ¿Qué cosas pasaron que me hicieron desarrollar esta «estrategia» de no hablar que ahora me está perjudicando? Cuando tomes consciencia de estas cosas es probable que te resulte más fácil afrontar estas situaciones.
Podría recomendarte que busques cualquier tema de tu interés, o que prestes atención a algo que diga la otra persona que pueda generar un tema de conversación, que saques intereses comunes o hables sobre los temas habituales (el lugar donde están, la actividad que comparten, el trabajo, el tiempo, la familia, los gustos y aficiones…) pero entiendo que el problema no está tanto en no saber de qué tema hablar sino que cualquier cosa que se nos ocurre nos parece una tontería o que simplemente no se nos ocurren por el mencionado bloqueo «protector». Al menos así lo entiendo yo.
Espero que te sea útil.
Un saludo,
Irtha
Me ha gustado mucho el artículo. las conversaciones en grupo nunca me han gustado y nunca me he animado a participar. Siempre espero a que se acabe la charla, para ir a hablar con la persona o personas (como mucho 2) que me han parecido más confiables y cercanas y voy a hablar con ellas. La gente se sorprende y me dice: lo deberías haber dicho en el grupo para que todos supieran tu punto de vista, porque es muy interesante. Y yo me quedo mal, culpable,… porque no acabo de entender porque no lo hago con más gente pero es que no me sale, prefiero observar. De hecho, el otro día, en una reunión-mesa redonda de debate, me aparté porque todo el mundo tenía que hablar, presentarse y decir quien era,…yo pensé: y ahora ¿qué digo? Fue muy violento para mí y me excluí de la mesa aunque escuchaba el debate activamente desde fuera del círculo. También me han dicho tímida, inhibida y hasta snob jajajaja,… cuando no soy nada de eso. la 10, la 14, la 6 y la 8 son las que más me suceden. En esta mesa-redonda, cuando acabó, todos nos fuimos a tomar unas cervezas y yo me senté al lado de unas chicas con las que hablé más profundamente (solo 2) y me concentré en lo que me contaban. Ahí sí me sentí bien. Con una muy buena amiga más introvertida que yo y de mente científica, la considero la persona que mejor sabe escuchar y cuyos consejos-sugerencias nunca son los consejos que ella se aplicaría (como hace la mayoría) sino que, verdaderamente capta tu esencia y te sugiere acciones que van con tu naturaleza. Es un auténtico placer conversar con ella y la quiero mucho, pero como a menudo pasa, para los demás es soberbia porque tiene altos estudios y es muy aguda y lúcida, y también callada, lo que se malinterpreta como prepotencia. Y están absolutamente equivocados. Bravo de nuevo por este artículo, muy bien explicado.
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Gracias, Silvia.
Para mí, amigas como la tuya son como tesoros ocultos: personas que son incomprendidas pero que tú, por algún motivo, has podido conocer cómo es realmente. Yo aprecio profundamente a las personas que fueron más allá de lo que otras personas pensaban y decían de mí, y me dieron una oportunidad para conocerme en profundidad. E intento ser de esas personas, no quedarme en la primera reacción.
Y sobre tus experiencias, desde luego yo he aprendido a no forzarme, a respetar que hay momentos en los que quiero estar a un lado observando, y me lo permito. Está bien.
Pero hay otras situaciones en las que me estoy planteando si me quedo en un segundo plano porque me apetece escuchar o porque hablar me resulta incómodo.
En ese sentido, me voy poniendo retos: en lugar de plantearme quedarme totalmente callada, o intentar dar el discurso del año, me digo «voy a decir una sola cosa con la que me sienta a gusto». Y ya iré diciendo más en otra ocasión, ya iré soltándome, aumentando el reto…
Igual eso te ayuda con algunas situaciones como la de la mesa redonda, o las situaciones como las del punto 6 y 8 =)
Abrazos ,)
Hola buenas noches! Me pasa todo eso todo el tiempo, quisiera ser diferente. Siempre me dicen tímida, pero no creía serlo, ahora me doy cuenta que soy muy introvertida. Pero necesito ayuda , me gustaría superar eso. Me pasa desde que tengo conciencia, siempre me dicen que tengo que buscar más amigos, salir de vez en cuando, pero la verdad me gusta estar sola, siento que me aburre la gente, y cuando estoy en un grupo grande y todos hablan es como si me perdiera en todas las conversaciones y necesito cómo alejarme de todos.’ Para “hablar,bailar, o ese tipo de cosas necesito tener par de copas encima.. 🙁 helpMe!
Hola, Abigail.
Te entiendo perfectamente. Es verdad, saber que somos tímidas o muy introvertidas es solo un paso. Aprender a sentirnos más capaces de afrontar las situaciones sociales en general o algunas de ellas en particular es importante para vivir la vida con más tranquilidad, seguridad e ilusión.
Te invito a suscribirte y estar atenta al blog porque en febrero estaré ofreciendo un nuevo ebook gratuito y sesiones online para ayudar a otras personas introvertidas a relacionarse con más calma y confianza con los demás.
Un abrazo,
Irtha.
Qué interesante me ha resultado este artículo, Irtha, como siempre 😉
Creo que a lo largo de la vida habré pasado por casi todas las razones que expones.
De hecho es curioso porque soy muy habladora y puedo no callar e incluso puedo ser una payasa en muchos momentos pero esto depende según con quién y dónde me encuentre, cómo me sienta y por supuesto si realmente me interesan los temas de las conversaciones, sino me piro y sino puedo desconecto por completo.
A veces hablo, a veces sólo escucho (no porque no tenga nada que decir y sí por alguna de las razones que expones aquí como por ejemplo la número uno y la ocho)
Creo que escuchar está infravalorado… o pocos lo practican. En muchas ocasiones sucede que las personas estamos pensando en lo que vamos a contar o responder y no escuchamos, y así es realmente imposible comunicarse… 🙂
Gracias por este artículo.
Abrazo!!
Hola Begoña!
Qué bien tenerte de nuevo por aquí.
Te entiendo… lo de desconectar es bastante habitual.
Y lo de que no estamos acostumbradas a escuchar, también estoy de acuerdo. Fíjate que yo misma, que «sé» lo importante y lo valioso que es, me «mosqueo» (no de enfadarme, sino de inseguridad) cuando alguien me escucha activamente. Me pasa sobre todo por teléfono: hablo, la persona no me interrumpe sino que me escucha atentamente, y yo me quedo pensando si se cortó la línea =D
En persona también me pasa algo parecido cuando me escuchan BIEN: ¿no me he explicado bien? ¿He dicho algo con lo que no estás de acuerdo?
En fin, la comunicación es todo un arte, incluyendo los silencios.
Y para esos momentos en los que callamos por tener un batiburrillo de ideas en la cabeza, como te pasa a ti y me pasa a mí, es probable que comente estrategias en un futuro próximo ,)
Te avisaré cuando lo haga. Y espero que te resulten interesantes.
Abrazos!
Irtha dicen por allí que las personas más calladas son las que tienen la mente más ruidosa. Leyéndote se me vinieron 3 episodios de mi vida que quiero compartirte en este comentario.
1. Cuando estaba en la universidad mi grupo siempre era muy participativo, la mayoría interactuaban con los profesores y yo siempre callada con ganas también de participar, preparaba lo que iba a decir en mi mente, pero lo pensaba tanto que podían pasar dos cosas, o que ya saltaran de tema y lo que iba a decir ya perdiera vigencia o que alguien se adelantara y dijera todo exactamente como estaba estructurado en mi mente, y cuando me daba el valor para intervenir lo hacía casi que con voz quebrada y con el corazón exaltado.
2. A nivel social siempre he sido muy extrovertida, la cuenta los chistes, la que hace reír a los demás, pero hay días en los que no quiero decir nada, entonces allí me caen encima, qué que me pasa, qué porqué no hablo, y es agobiante, ¿acaso no me pueden dejar tranquila ese día en el que decido no hablar?
3. Tengo una muy querida amiga que al leerte me doy cuenta que ella lleva mucho de estas características, cuando nos reúnimos ella siempre es muy callada, pero se divierte a montones con las ocurrencias y las conversas, y a mi ella me encanta, así no diga ni pío, su sola presencia es maravillosa para el grupo y nunca la obligamos a que diga nada y nos sentimos bien solo con que ella esté allí.
No sé si estos 3 casos tengan semejanza con lo que has expuesto hoy en tu post, pero también son puntos de vista de una extrovertida que muchas veces también ha tenido eventos de introversión.
Y con relación a invitar, recuerda que yo te invité a escribir en mi blog, la cual sigue abierta para cuando quieras compartir tu sentir con mis lectoras.
¡Un gran abrazo!
Hola Eliana!
Me he acordado mucho de ti y tu invitación esta última semana; creo que me pondré con ello estos días =) Gracias por volver a comentármelo.
Y gracias por compartir tus experiencias, claro que tienen que ver con el post ,)
Me parece preciosa tu forma de ver a tu amiga, de valorar su presencia callada en el grupo.
Sobre el punto 2 tengo pensado escribir un artículo próximamente. Si te fijas, Raquel también ha comentado algo parecido. Suele pasar que las personas generalizan y les cuesta hacerse a la idea de que querramos estar calladas, especialmente cuando nos han visto hablar con facilidad y sin que parezca que lo estamos pasando mal o se nos está agotando la energía.
Y, sobre el primer punto, daría para hablar más. Veo un punto de introversión y de hiperanálisis propio de nuestras mentes introvertidas, pero también un punto de timidez por lo de la inseguridad ,) Pero vamos, nada grave. Sobre la timidez también tengo pendiente hablar un poco más en detalle. Sobre todo después de leer un punto de vista interesante en el blog de Susan Cain.
Abrazos!
Vaya! Que variedad de motivos para estar callada y no sentirse mal por ello! Me reconozco en casi todos, aunque particularmente el 4, cuando la conversación va tan rápido que no tienes tiempo de aportar tus ideas. También el 8, cuando tienes «peros» que requieren tiempo para ser expresados.
¿A que sí, Anetty? ¡Hay muchos! Y seguramente hay más que se me han escapado y que se podrían concretar…
Diría que el 4 es más fácil de «resolver» que el 8. Puedes pedir tiempo, incluso hablando de manera lenta, la gente se va adaptando a tu ritmo… «los relajas».
Para el 8 (que a mí también me pasa), suelo decirme que es mejor fluir, comentar algo, aunque no sea exactamente lo que quiero transmitir, e ir enriqueciéndolo a partir de lo que la persona me diga que ha entendido. Es decir, más que plantearme decir la frase perfecta desde el principio, lo veo como un proceso en etapas. Así, además, la conversación se amplía y dura más.
Un abrazo 🙂
Me encanta el artículo de esta semana, es algo con lo que llevo lidiando aún más últimamente (concretamente, desde que empecé a trabajar, porque en la época de estudios quizás todos van más a su bola…). Me siento muy identificada con el 1, muchísimo, digamos que la mayoría de las veces; con el 3 cuando estoy relajada y sólo me apetece procesar información sin más; con el 10 y el 11 dependiendo del ambiente en el que me encuentre, pero me ha pasado mucho también.
A veces he tenido que admitir que me quedo callada por timidez (sobre todo con personas con las que no tengo confianza) porque entiendo que el otro no va a ser capaz de comprender mi introversión y la manera que tengo de procesar todo lo que me rodea; sin embargo, después de aceptar todas las ventajas e inconvenientes que me surjen a consecuencia de esta forma de ser, tiendo a revelarme un poco y dejarme conocer. Hay muchos clichés rodeando a la palabra introvertida… y yo me considero una persona socialmente activa, mi trabajo también me obliga a ello, pero pocos comprenden esta mezcla.
Sin duda, la meta es aceptarse como uno es, todo se hace más fácil después… inclusive, tiendes a juzgar menos, y eso es una gran virtud.
Muchísimas gracias por esta aportación, me he sentido muy conectada… y siendo sincera, hasta me he reído de las situaciones, porque son una gran verdad.
Sí, Raquel. Es una combinación difícil de entender la de ser simpática y agradable cuando tenemos energía de sobra para relacionarnos con los demás, pero que luego seamos reservadas cuando nuestra energía está por los suelos… Resulta más complicado para los demás comprender (y aceptar) estos momentos que con alguien que, por norma general, se mantiene más al margen.
Pero poco a poco creo que conseguiremos ir comprendiéndonos y dándonos a comprender =) Y vivir las relaciones de forma más sencilla y relajada.
Me alegra mucho que te haya resultado divertido. A mí también me gustó mucho el tono despreocupado del artículo que me inspiró y quise transmitir ese tomarse con humor las cosas de una ,)
Abrazos!