Sí, entiendo por qué surgió el término y por qué se puso tan de moda escribir sobre el tema.
Sé que algunas personas necesitaban aprender a “protegerse”, a cuidar de sí mismas, saliendo de una relación o tomando distancia de una persona con la que no se sentía bien.
Pero creo que, en algunos casos, esta información se enfocó mal, muy mal. Y aunque hemos ganado algunas cosas, emplear esta expresión de manera inadecuada también nos ha hecho perder mucho.
Y ni siquiera somos conscientes de ello.
Si tú también intuyes que lo “tóxico” es la expresión en sí y no la persona, sigue leyendo y comparte. Ayudemos a disolver la creencia de que existen las personas tóxicas (porque sólo existen personas).
A diluir los pensamientos y emociones tan negativas que pueden surgir, tanto en quien utiliza esta expresión para referirse a otros, como quien la usa para describirse a sí misma.
Lo que se dice de una persona tóxica
Por si no sabes de qué estoy hablando y a qué viene este enfoque reivindicativo del artículo de hoy, he recogido las principales características que enumeran los artículos sobre personas tóxicas:
- Tienen un discurso pesimista y negativo
- Consideran que siempre tienen (y van a tener) la razón y no aceptan que se les contradiga; son inflexibles
- Sólo hablan de sí mismas y no se interesan por los problemas o necesidades ajenas
- Necesitan constantemente la aprobación de los demás, sentirse importantes, ser reconocidas
- Desvalorizan a la otra persona
- Guardan rencor y resentimiento durante mucho tiempo
- Son agresivas
- Viven de la lástima ajena, buscando ayuda constantemente y aprovechándose de los demás
- Son “habladores negativos” no “hacedoras”: en vez de hacer las cosas, hablan de porqué no se pueden hacer
- Se quejan de todo
- Critican a los demás y fomentan los rumores
- Son arrogantes: creen que lo saben todo y que nadie sabe más o mejor que ellos lo que hay que hacer
- Se hacen las víctimas: nada es responsabilidad de ellos, los demás o la “suerte”, tienen la culpa
- Envidiosos: nunca son agradecidos con lo que tienen y cuando alguien consigue algo, los critican y los envidian
- Mienten con frecuencia y sin remordimientos
- Son pasivas, no muestran iniciativa y suelen hacer lo que el grupo dice o hace
- Buscan constantemente ser el centro de atención
- Creen que el mundo está en su contra, pero no analizan qué es lo que pueden estar haciendo mal en su comportamiento.
Sin embargo, lo que más sorprendió al leer muchas de estas listas, y lo que me dejó de piedra al leer una de ellas en concreto, fue esta rotunda afirmación:
La principal característica de las personas tóxicas es que provocan emociones negativas. Te hacen sentir vergüenza, culpa, enfado, incomodidad, apuro, etc.
¿Dónde estamos poniendo el foco?
¿De verdad? ¿Las personas tóxicas PROVOCAN emociones negativas?
¿Acaso tienen una varita mágica con la que te abren el cerebro (¿o será el corazón?) y te meten ahí una emoción negativa?
Estoy exagerando un poco, ¿vale? Pero es para darnos cuenta de que este tipo de artículos, o al menos es lo que he sentido yo al leer muchos de ellos, transmiten una creencia muy perjudicial: “los demás (las circunstancias externas) deciden cómo nos sentimos”.
“Yo me siento mal, porque la otra persona es así”, o “porque me trató de esta manera, o de la otra”… “Como la otra persona es pesimista, yo me siento mal”.
Sé que el comportamiento de la otra persona influye en mis emociones… Pero no de esa manera tan externa a una misma, tan incontrolable: persona tóxica = sentirme mal >> tengo que alejarme de ella.
Seguro que conoces no pocos ejemplos en los que una persona le cae bien a alguien y mal a una tercera persona. La misma persona: a unos les cae bien y a otros mal.
¿Cómo es que unos “la aguantan” y otros no? Entonces, ¿es tóxica o no? ¿Qué pasa con su “toxicidad”?
Pasa que el organismo de la persona con la que se ha encontrado ese “individuo tóxico” ha sabido digerirlo, asimilarlo.
Es lo que pasa con los frutos secos: no son tóxicos, pero hay personas alérgicas a ellos. Su organismo no los asimila bien y produce una reacción alérgica. La culpa no la tiene (únicamente) el cacahuete.
Eso es lo que quiero destacar: las emociones en una relación dependen de la combinación de dos personas, con sus actitudes, estados emocionales, creencias, expectativas, necesidades, valores, experiencias, aprendizajes, habilidades emocionales… propias.
Lo bueno y lo malo de este término
>> LO BUENO
Como te dije antes, no voy a negar que en el origen hubiera (y siga habiendo en algunas personas) una intención positiva en el uso del término.
Es positivo que hayamos empezado a creer, y sentir, que tenemos derecho a alejarnos de ciertas personas o relaciones que nos agotan mental y emocionalmente.
Tenemos derecho a decir que no.
Podemos decidir distanciarnos de una persona que nos demanda una cantidad elevada de atención, que nos supone invertir más energía de la que disponemos, sin tener que sentirnos culpables.
No voy a seguir hablando de la parte positiva. Para eso te invito a leer los muchos artículos que puedes leer en la web sobre personas o relaciones tóxicas.
Y hay artículos cuyos autores me agradan mucho por el tono respetuoso con el que exponen la situación y sus recomendaciones para recuperarnos de ellas.
>> LO MALO
Como mencioné en el apartado anterior, un gran daño que sufrimos todos al utilizar esta expresión es la sensación de pérdida de control sobre nuestras emociones.
Pero hay muchas otras pérdidas: la de nuestra capacidad de respeto, de empatía, de tolerancia a la frustración, de crecimiento personal…
La “normalización” de este término nos ha vuelto menos comprensivas y respetuosas con las necesidades y circunstancias personales de los demás.
Ya no vemos personas que están viviendo, transitando su proceso único y personal de vida.
No nos vemos como personas que estamos viviendo un proceso personal de crecimiento, que a veces sufrimos y no tenemos energía para responder a las demandas del entorno…
No.
Vemos personas “que NO DEBERÍAN SER como son porque yo no tengo por qué aguantar esto”.
Personas que me molestan, que me incomodan. Que deberían cambiar para yo sentirme bien.
Creo el hecho de que poder decir que la otra persona es tóxica nos ha llevado a reducir la energía que invertimos en entenderlas, ayudarlas o estar a su lado.
Y a reducir la energía que invertimos en mirarnos a nosotras mismas y reconocer que hay ciertas cosas que aún no tenemos trabajadas, que nos remueven y nos duelen.
Y dentro lo malo está, por supuesto, el dolor que puede sentir una persona que es consciente de su situación, que está trabajando intensamente para transformarla, y que ve cómo los demás se alejan cada vez más de ella porque la consideran una “persona tóxica”.
Las introvertidas encajamos muy bien en el perfil de tóxicas
Si te hablo de este tema aquí, en mi blog, es porque conozco bien la sensación de sentirme una persona tóxica debido a mi introversión.
Si atendemos a la idea que la sociedad en general tiene de las personas introvertidas, no es de extrañar que se nos tache de personas tóxicas: son negativas, pesimistas, hablan pero no suelen actuar, son inseguras, generan mal rollo, te hacen sentir mal, te cansan…
No son pocas las personas que confunden nuestra capacidad analítica y para anticipar problemas y soluciones con un molesto pesimismo y tendencia a la neurosis.
Cómo cambiarían las cosas si no existiera esta etiqueta
Hay etiquetas que nos ayudan a comprender quiénes y cómo somos, a vernos de manera más positiva…
Pero, sinceramente, la de persona tóxica me parece realmente tóxica.
Creo que no hace ningún bien agrupar bajo un mismo paraguas un montón de situaciones personales distintas (algunas más conscientes y voluntarias que otras, más involuntarias o incluso dolorosas para la persona que intenta cambiarlas), y ponerle una etiqueta tan peyorativa como “tóxica”.
Creo sinceramente que el mundo y todas las personas que vivimos en él seríamos más felices si esta etiqueta no existiera.
Que nos convertiría en personas menos violentas con nosotras mismas y con los demás.
Y aprovecho para invitarte a investigar acerca de la “Comunicación No Violenta”, concepto promovido por el Dr. Marshall Rosenberg.
No hace falta que exista este término para ayudar a las personas a cuidarse a sí mismas. Para reconocer cuándo conviene tomar distancia (física o emocional) de otra.
No hay usar estas palabras para enseñar a alguien a expresar y respetar sus necesidades, a fortalecerse, a emplear diferentes herramientas personales para afrontar una situación incómoda con otra persona.
No es necesario que utilicemos esta expresión para quitarnos de encima los sentimientos desagradables que surgen en nosotras cuando estamos en presencia de ciertas personas.
Y no, no es para nada útil pensar en nosotras mismas como personas tóxicas. No nos ayuda en nada a relacionarnos mejor con otras personas. Más bien al contrario.
Obligarnos a cambiar porque otras personas se sienten incómodas en nuestra presencia no es el mejor agente de cambio. Puede motivarnos, darnos cierto empuje, pero con esto solo no vamos a ninguna parte.
Y puede hacernos mucho daño. Puede hacernos fracasar y creer que realmente no tenemos remedio.
¿Qué palabras utilizamos entonces?
Te recomiendo utilizar un lenguaje en primera persona. un lenguaje sincero y salido del corazón.
Un lenguaje que refleje tanto tu parte de responsabilidad para con tu estado emocional actual, como la parte del otro.
Expresa en palabras la incompatibilidad que hay o ha habido entre TUS expectativas-creencias-necesidades, y cómo la otra persona ha contribuido (o no) a satisfacerlas.
Para ello te recomiendo, como te dije antes, el libro de Marshall Rosenberg.
Y si tú eres la “persona tóxica” te invito a evitar describirte con etiquetas (yo SOY…) y describe tu comportamiento (en este momento actué…).
Y busca las necesidades que estaban detrás de tus actos: ¿qué necesidades buscabas cubrir que te llevaron a actuar como lo hiciste?
En este sentido, te recomiendo este artículo de María Mikhailova en el que habla sobre las necesidades primarias y la importancia de conocer cuáles son las que guían tu vida y tus decisiones.
A modo de conclusión
No digo que haya que permanecer en situaciones y relaciones demandantes por gusto.
Considero que sano y natural cuidarnos a nivel emocional y distanciarnos de ciertas situaciones si lo consideramos necesario.
No te estoy diciendo que dejes de hacerlo.
Lo que te pido es que analices en base a qué creencias, y con qué energía y actitud, lo haces.
Porque es posible que estés haciéndolo desde el rechazo, el resentimiento, la rigidez… y no desde el amor a ti misma y al otro.
Así que, por favor, sabiendo el impacto que las palabras que usamos tienen en nuestros actos y nuestras emociones, te invito a replantearte el uso de esta expresión y busques formas más amorosas de expresar tus sentimientos y necesidades.
Ahora sí, me muero por saber tu opinión sobre el tema. ¿Crees que exagero (es posible)? ¿Crees que toda esta verborrea ha sido innecesaria? ¿O tú también consideras que es necesario olvidar que alguna vez existió algo parecido a una “persona tóxica”?
¿CANSADA DE SENTIRTE INFERIOR?
Suscríbete al blog y recibe la guía «Las 12 Claves para Amar tu Introversión» y enamórate de una vez por todas de tu forma introvertida de Ser.
Hola cordial saludo
La verdad leí este artículo y te apoyo y da tristeza que uno busca artículos o vídeos en internet que hablen encontrá de esta mala palabra » eres un toxic@» y solo encuentra cosas como es dejar a la otra persona y gente profecional que tristeza,, por favor están ablando de una persona de un ser humano y todos merecemos respeto y nadies es perfecto para llamar a una persona como tóxica como si fuera la peor basura del mundo noo . .. no estoy de acuerdo con eso .. les voy a contar mi caso tengo pareja y tiene su pasado negro como vivir en las drogas en la calle con uno con otro etc yo la verdad no me criaron así y hay cosas que yo le digo son cosas malas ya eres una persona adulta «» la respuesta es tu eres un «tóxico» yo soy asi y nunca cambiare y hemos tenido problema por esos vídeos por Youtube y de personas profecionales que es lo mas triste destruyendo hogares y familias y la paz entre ellos . Es malo decirle a la persona que uno quiere que deje las drogras ? Es malo decirle que deje la calles? Que deje de ser una persona promiscua ? A sabiendas que tiene a una persona que la valora y ama ? Yo no soy perfecto nadies es perfecto pero la verdad con alejarme no soluciono nada
Hola, Fabián.
Siento que hayas sido víctima de esta forma de pensar, y lamento que tu pareja no sea capaz de entender por qué haces lo que haces (lo que piensas y sientes). Es posible que ella se sienta igual: incomprendida y no del todo aceptada en su forma de ser, pensar, sentir y hacer. En las relaciones de pareja es importante entender al otro y aceptar que hay cosas que no quiere o no puede cambiar. Si estas cosas nos molestan, seguir insistiendo se convierte en fuente de sufrimiento para ambos.
Espero que la situación se vaya solucionando de alguna manera. Probablemente la comprensión y aceptación por parte de uno de los dos o de ambos ayudaría. Pero es difícil cuando hay asuntos pasados, subconscientes y sin resolver debajo o detrás de la forma de ser de cada uno. Te invito a aumentar tu autoconocimiento y autoconsciencia, entender cómo (desde qué necesidades y emociones) te vinculas o te relacionas con los demás, en concreto con tu pareja actual, para ir avanzando en esta situación.
Un abrazo,
Irtha.
Busque artículos de cómo responderle a una persona que te llama Tóxica y lo único que encontré es como deshacerse de una persona Tóxica.
Me han tildado de tóxica por sufrir depresión, pero no saben el daño tan grande que provoca a una persona que se siente poco valorada y querida.
Muchas veces por dar tu sincera opinión sobre algo logramos enojar al otro y por cualquier cosa te llaman TÓXICA. No creo serlo porque soy trabajadora, independiente, honesta y sincera.
Entonces qué le respondo a una persona que me llama tóxica cuando no creo serlo?
Hola, Cecilia. Siento que no comprendan tu situación y te traten así. Es cierto que a veces la sinceridad y la amabilidad o dulzura se ven comprometidas y que, en cualquier caso, por muy amables que seamos, siempre está la posibilidad de que el otro se sienta herido y que, en su defensa, culpe al otro de tóxico. Tener cualidades positivas no impide que tengamos comportamientos que puedan ser vividos subjetivamente como tóxicos por otra persona. ¿Qué decirle a alguien que te llama así? Pues sinceramente, creo que es una decisión que depende de muchas cosas: ¿merece la pena? De todas formas, yo siempre opto por la empatía y la validación, hacia ti misma y hacia el otro: primero, reconocer que es válido (aunque me duela) que el otro esté viviendo dicha situación como tóxica y reconocerme a mí misma que puedo estar siéndolo; luego, no culparme por actuar así ni culpar al otro por sentirse así; y por último, puedes verbalizar esto (o no, y simplemente te lo quedas para ti). Si quieres, le puedes decir algo así como que «entiendes que pueda molestarle lo que has dicho o hecho, pero que es así como te sientes o lo que piensas». Y si no lo entiende, respetarlo, pero no seguir insistiendo. Normalmente esa falta de comprensión por parte del otro hace que nos sintamos cada vez más frustradas y todo vaya a peor por ambas partes.
Un abrazo y ánimo para afrontar estas situaciones que pueden ser bastante incómodas o incluso dolorosas.
Irtha
Si dices que no existen personas tóxicas, es porque jamás te has debido de cruzar con una de ellas, que suerte la tuya.
Hay personas malas por naturaleza, con todos los pecados capitales encima, y como te cruces en su camino, y les lleves la contraria en algo o no dejes que te manipulen a su antojo,,, ya puedes hacerte fuerte, ya, porque van a arremeter contra ti, hasta intentar destruirte, y si no lo consiguen hacia ti, porque no pueden, intentarán cambiar el modo en el que los demás te ven..
Da igual como los quieras llamar, son personas enfermas, malas, tóxicas, pero desgraciadamente, existen.
Repito, que suerte la tuya, no haberte cruzado con ninguna, yo llevo unas cuantas… quizás me lleve tu parte 🙁
Hola, María.
Gracias por tu comentario y por compartir tu experiencia y tu opinión.
Efectivamente, me he encontrado con personas con un gran sufrimiento interno que proyectan sobre los demás… Y he sufrido ese encuentro.
Mi reflexión era acerca del término. No me gusta llamar tóxica a una persona porque yo misma tengo comportamientos que podrían ser tachados de tóxicos, y que vienen de muy atrás, de un dolor muy grande. Me gusta pensar que esas personas que resultan difíciles y dañinas han sufrido mucho y no me gusta juzgarlas ni me quedo tranquila llamándolas tóxicas y ya… Creo que todos merecen comprensión y compasión. Aunque eso no significa para nada tener que quedarte cerca de personas que te hagan sentir mal. Pero al menos el respeto de no llamarlas tóxicas y pensar que su comportamiento viene a raíz de un sufrimiento grande en su infancia o continuado en toda su vida, sí que me gusta darles…
No es que haya tenido suerte de no cruzármelas. Es que, cuando lo he hecho, me he alejado, pero viéndolas en mi cabeza con empatía, sin ponerles la etiqueta de tóxica ,)
Un abrazo.
Por mucho tiempo buscaba un artículo o almenos una sola persona que hablará acerca de lo que pienso sobre esa palabra, y me da gusto y a la vez lastima saber que hay tan poca información al respecto, veo en los comentarios com ose enojan contigo y dicen que si conocen personas tóxicas que hay gente mala pero parece que no leyeron absolutamente nada de lo que escribiste, bien dices que existen personas que debido a la ciscunstancia que vivan actúan de una manera que a veces n oes buena para nosotros en ningún momento dices que no pase algo así, lo que si intentas decir y para mí es algo muy real y algo que he pensado muchas veces porque también me han tachado de tóxica por ser introvertida y en ocasiones me vi forzada a cambiar cosas de mi por otras personas cuando lo único que querían era que n o fuera yo si n o algo que ellos querían porque simplemente les molestaba mientras yo aceptaba a la persona con sus errores y punto la mala era yo. Otra cosa Esque jamás dices sobre quedarse con alguien que nos haga sentir menos si hay que alejarse lo haces y punto, yo creo que las personas que te dicen que estas equivocas n o son capaces de aceptar que sus propias emociones JAMAS jamaaas van a depender de otro, nadie te abre el cerebro como dices y te introduce una emoción, tu eres lo quieres sentir y punto y ahí el problema es tuyo, no tienes porque culpar al resto por algo que tu mismo te estas permitiendo sentir, esque siempre es mas fácil culpar al resto y es una lastima. Pará mí tienes un argumento muy bueno al respecto, esa palabra se convirtió en moda y a todos les encantó porque así se libraban de sus propias responsabilidades.
Saludos
Hola, Lucía ^^
Gracias por tu apoyo. Me alegra ver que pensamos igual. Me da tranquilidad leer tus palabras y sentirme tan bien entendida cuando dices que nunca dije que no existieran personas que pudieran hacernos sentir algún tipo de dolor emocional o que tuvieras que quedarte a su lado… Como tú dices, es una pena. No sé si están poniendo sus emociones en manos del otro, o si es su forma de protegerse… Pero también las entiendo.
Sabía que me encontraría con opiniones contrarias; sin embargo, igualmente quería expresar mi pensar y mi sentir (porque sabía que alguna opinión afín encontraría), y te agradezco que hayas compartido tu experiencia conmigo. Lamento que haya habido personas que intentaran cambiarte sin tratar de entenderte y aceptarte.
Un abrazo fuerte,
Irtha.
Tienes mucha razón y buenos argumentos, de que lo más probable que el que utiliza y califica a los demás, de esta forma, es la principal y la que sufre, obvio sin darse cuenta de esta situación, excelente, mis sinceras felicitaciones.
Me considero una persona introvertida; no obstante, no estoy de acuerdo con el artículo. Hay personas profundamente dañinas que con sus palabras y sus acciones intentan menoscabar nuestra autoestima intencionalmente. Y no; no tienen justificación. Me da igual si han sufrido situaciones traumáticas; muchos las hemos sufrido e intentamos luchar por crecer y desarrollarnos como personas, mientras que ellos son destructivos. Aunque reconozco que el problema está en no saber ponerles límites, en no saber decir «basta». En no defender nuestro amor propio. En tener demasiada empatía con gente que no la merece y que es abusiva y envidiosa. Gente que intenta empequeñecernos. Y de esa gente hay q protejerse y alejarse. ¡Decir lo contrario es profundamente ingenuo!
Las relaciones de amistad se han de regir por el principio de reciprocidad; es un toma y daca. Pero hay personas que exigen y exigen que atendamos sus necesidades y problemas, cuando ellos lo único que ofrecen son dardos envenenados,, críticas y enjuiciamientos nada constructivos.
Yo no soy responsable de los problemas, las palabras y las acciones de los demás. No tengo por que permitir que me culpabilicen, ni que me hagan daño, ni anteponer el bienestar de los demás sobre el mío. Esas relaciones no son sanas, son profundamente tóxicas.
Si hay personas que hacen un uso inadecuado o no del término, esa ya es otra cuestión… Pero al pan, pan; y al vino, vino: personas tóxicas, haberlas haylas!!!
Hola, Crisálida, gracias por compartir tu opinión.
En esencia, estoy de acuerdo con lo que dices. Hay personas cuyo comportamiento es dañino, y es totalmente lícito protegerse y alejarse. De hecho, es necesario. No era mi intención decir lo contrario con este artículo. Me refería a esas personas que hacen un uso inadecuado del término, y que en lugar de reconocer su vulnerabilidad y su dolor, lo niegan, perdiendo la oportunidad de sanarse de forma adecuada. Únicamente culpan al otro y se van volviendo algo más duros, fríos e insensibles. Van perdiendo su empatía. Eso es lo que me preocupa y lo que quería hacer evidente con lo que escribí.
¡Así es! También concuerdo con todos tus conceptos. La neurosis es una de las patologías más comunes y engloba todas las características de lo que llaman tóxico: egocentrismo, inmadurez, narcisismo, etc. Estoy en ese camino de encontrar quién soy realmente y qué me dañó para cortar el ciclo, que es la más increíble manera de mostrar un espejo a los demás así ven que otra manera de comunicarse es posible, siendo asertiva pero no atacando.
Por años me hicieron sentir que padecía algo grave, hasta que encontré este video https://www.youtube.com/watch?v=o1GMT1LubWs de Susan Cain y entendí que sólo eran características de mi introversión. Ya en parte fortalecida, en vez de googlear patologías varias (¡sí, eso hacía!) busqué un test de personalidad y cuando me vi totalmente identificada con la de I.N.T.J. de las 16 personalidades, recuperé mi confianza y desde allí pude empezar a revertir actitudes y a no sentirme más víctima ni «bicho raro».
El conocimiento es poder, y ese poder es para mejorar cada día. Por eso yo también te agradezco muchísimo por tu análisis minucioso de un tema que a veces no se profundiza lo suficiente y se termina desvirtuando.
¡Muchos saludos desde Argentina, Irtha!
^_^ Sí, para mí también, el conocimiento es poder. Y me ha permitido precisamente lo mismo que a ti, dejar de buscar tantas patologías en mí, y de ahí, más comprensión, más aceptación.
Conocer mi personalidad según la tipología de Myers-Briggs ha contribuido a este conocimiento (junto con el eneagrama y otras lecturas sobre neurosis y la sombra, por ejemplo)… Y también me ha dado mucha paz y amor propio. Me ha permitido darme cuenta de que no soy la única que «funciona» de esa manera (a la manera INFJ, a la manera neurótica… que considero que en ciertos puntos se solapan, al menos en mi caso, y una refuerza a la otra).
Sin embargo, también te reconozco que muchas veces me planteo, supongo que porque soy una INFJ-T (cautelosa, insegura, neurótica), que conocer mis funciones/personalidad y saber que son «normales», o compartidas por otras personas, está bien, pero no es suficiente, porque hay ciertas cosas, derivadas de mis neurosis -esa T- (derivada de mis experiencias en la infancia), que me gustaría cambiar. Para poder llegar así a ser una INFJ-A (asertiva, segura).
Yo también siento que profundizar y hablar de estas cosas es una liberación para muchos, y el camino a una felicidad plena y auténtica. Así que seguiré hablando de ello en un futuro próximo ,)
Un abrazo desde Canarias, Eulalia ^_^
Te diré lo que les digo a mis hijas (las que hicieron el test son todas T y yo salí asertiva): me parece que es normal en los jóvenes. Supongo que si hubiera hecho ese test a tu edad también hubiera salido Cautelosa, la seguridad en uno mismo se va aprendiendo con el tiempo, así qué ¡no dudo que vas a lograr cambiarlo!
Un abrazo, Irtha 🙂
He leído con interés tus comentarios acerca de la existencia o no de las personas tóxicas.
Tus planteamientos pueden servir para encauzar las relaciones adulto-adulto, Pero no en las relaciones adulto-niño.
Sí, Irtha, hay personas tóxicas. Personas que carecen de empatía y que no dudarán en hundirte simplemente porque te has cruzado en su camino. En la relación padres-hijos, por ejemplo, evitar a tus padres no es una opción, no hasta que no eres adulto, Y ello dependerá de la cantidad de daño que hayas podido soportar.
Todas las características que enumeras sobre las personas tóxicas son comunes al perfil del psicópata. Todas.
Mi suegra es psicópata integrada. Destrozó la vida de mi suegro y casi lo consigue con la de sus hijos. Mi mujer sufre estrés postraumático por maltrato infantil. Nos ha costado años intentar paliar el dolor y sufrimiento que hemos padecido por su culpa.
Yo también sufro estrés postraumático por maltrato infantil. También fuí un niño maltratado.
Dile a ese niño maltratado -ya sea física y/o psicológicamente- que no hay personas tóxicas.
Sí, Irtha, por desgracia, haberlas, haylas.
Hola Juan,
muchas gracias por compartir tu opinión y tu experiencia.
Ha sido muy enriquecedor para mí.
Me gusta ese matiz, el tener en cuenta si hablamos de relaciones adulto-adulto o adulto-niño. No lo había pensado así antes.
Desde luego, los niños son más vulnerables, más influenciables. En esa situación sí podemos hablar de un efecto nocivo del adulto sobre el niño, que no es capaz de defenderse psicológicamente porque no ha aprendido a hacerlo, porque aún no ha madurado su mente y demás.
Supongo que por eso yo decía que no existen personas tóxicas, porque pienso en adultos que pueden protegerse ante el comportamiento de los demás.
Con respecto al comentario de que estoy describiendo a un psicópata, también estoy de acuerdo. Pero es que esa es la descripción que te encuentras en la inmensa mayoría de artículos que hablan sobre personas tóxicas. Es cierto que en esos artículos dicen que una persona tóxica no tiene que mostrar todos estos comportamientos para ser considerada así (porque hay distintos «tipos»)… pero, de mostrarlos, yo también opino que estaríamos ante una persona con una personalidad poco sana.
Siento mucho la experiencia pasada y presente que han vivido tanto tú como tu mujer, Juan. De verdad. Y te agradezco en el alma que lo hayas compartido conmigo porque me ha dado otro punto de vista. Sin embargo, sigo pensando como escribía en el artículo. Que las palabras hacen daño, que yo intento no usarlas «alegremente» y que, aunque la otra persona pueda causar sufrimiento en otros, busco poner el foco en mí, en ser comprensiva y compasiva conmigo y con el otro. Eso no quita que yo pueda querer que esa persona sea diferente, cambie, no esté (o haya estado) en mi vida, que asuma las consecuencias de sus acciones, que aprenda a ser más empático… Pero yo, personalmente, buscaré siempre quitarme esas palabras de la boca y de mi mente, porque en mí, que no he tenido las experiencias que has podido tener tú, a mí, usar esas palabras, me causa dolor, sufrimiento, ira, rencor… Prefiero ver a una persona que hizo sufrir, que no se comportó de manera compasiva, a verla como «una cosa», como «una persona tóxica». Creo que al llamarlas así, las cosificamos, las volvemos objetos… Y no lo digo porque piense que eso es lo que haces tú. Para nada. Yo siento que tú no lo haces, que estás expresando tu experiencia sin juicios. Lo digo porque eso es lo que siento que hacen otras personas.
En fin, Juan, que lo entiendo. Entiendo que hay personas de todo tipo. Solo que yo elijo, al menos en este momento de mi vida, y en base a lo que yo he vivido (y lo que no he vivido), verlas, pensarlas y llamarlas de manera diferente.
Muchas gracias de nuevo por compartir.
Iba a decir más o menos lo mismo que Juan A.
Llegué aquí buscando quién fue el primero en utilizar la palabra tóxico para referirse a personas, pero ni siquiera pensando eso caí en la cuenta de que era semejante a tratarlos como cosas. Buen punto, no se me había ocurrido. Te explico más o menos el por qué, ya que no sé el cuándo, de ese término.
La palabra tóxico se suele usar en oposición a nutritivo; no encuentro dónde se inició esta terminología pero supongo que tiene que ver con considerar a la persona como un ser integral que no sólo necesita de los nutrientes del alimento y del oxígeno sino también nutrir su parte afectiva, psiquis, alma, como le quieras llamar. Pero… aquí viene que, como la expresión no proviene de una ciencia como la psicología, empiezan a usarla alegremente gente que no tiene ni idea de características psicológicas ni de enfermedades psiquiátricas… ni en general de nada que tenga que ver con el pensamiento científico. Me refiero a gente que leyó una que otra cosa (muy por encimita) de teorías new age y anda por ahí molestando con no dejar que nadie tenga jamás un pensamiento negativo (cosa que me suena más o menos a tratar uno de levantar un balde con nosotros adentro, o sea, negar el pensamiento por medio del pensamiento, ¿?…) y con una permanente sonrisa beatífica en el rostro. Entonces los términos se empiezan a bastardear y terminan convertidos en: o eres «pum para arriba», saltando de margarita en margarita, con el ánimo como de haberte tomado 10 red bull, o te tildan de bajoneado, pesimista y molesto porque resulta que a veces no te da la gana andar por ahí como una campanita. O sea, lo confunden con ser extrovertido o introvertido (sí, yo también soy introvertida).
Pero resulta que ni los términos significan algo tan banal ni están reñidos con la psicología. Y si no se hubieran puesto de moda muchos no hubiéramos descubierto que todos los años que pasamos en terapia se debían a que habíamos sido criados por personas que en lugar de «nutrir» nuestras ganas de vivir y nuestra felicidad nos «intoxicaron» con miedos, culpa y vergüenza. O si quieres decirlo de otro modo, nos educaron para sentir «indefensión aprendida» unas personas «manipuladoras», «narcisistas», «inmaduras» y «neuróticas» que, además, muchas veces nos mandaron al psiquiatra como chivo expiatorio pero nunca se consideraron enfermas ellas mismas.
He estado últimamente charlando con muchas personas (varias de ellas ya no adolescentes ni jóvenes, yo misma tengo 52 años) que agradecían enormemente que el dolor indescriptible que habían vivido por lo menos tuviera un nombre, algo por dónde empezar, un vislumbre que les hiciera sentir que no tenían la culpa de su depresión, su angustia y otros desarreglos psico-físicos que arrastraban desde la niñez. Un nombre los hacía sentir que era real, que, en tanto ahora entidad nombrable, podían empezar por algún lado y no sentir esa nada que los ahogaba por dentro pero que no podían explicar. Me quedó muy grabado lo que le respondió una de ellas a otra persona que le insistía en poner más de su parte y dejar de echar culpas: «Si que creo que cada uno debemos poner de nuestra parte y pelearlo. Pero no a costa de culpabilidad y sí poniendo a las cosas los nombres que hay que poner. Los que sean.» Pienso igual. Y personalmente no me afecta que muchos utilicen mal el término para describir a su vecinita pesada o a un amigo bajón, allá ellos. Yo asumo mis falencias y no ando por ahí pegándole cartelitos de «tóxico» a quienes me caen mal. Pero no me molesta la palabra en sí, no me resulta violenta.
Gracias por tu post, y si sabes quién fue el primero en utilizar el término tóxico ¡házmelo saber, que soy T.O.C. y no podré quitarme esta duda de la cabeza, jajaja!
Saludos desde Argentina.
Hola, Eulalia.
Muchas gracias por tu comentario. Estoy de acuerdo punto por punto.
Después de escribir este artículo he seguido leyendo y aprendiendo. Y estoy de acuerdo en que está bien, muy bien, para la salud de una, reconocer que hay personas que no nos nutren sino nos intoxican, como muy bien has descrito. Dejar de culparnos de todo, incluso de nuestra infelicidad, y empezar a soltar esa carga de «soy infeliz y encima es por mi culpa», cambiándola por un «sí, soy infeliz, porque las personas que me han rodeado quizás no han sabido nutrirme».
En mi caso, y con base en las últimas lecturas que he hecho, dejaría de usar «tóxico» en cualquier caso, pero sí que usaría, que es algo que estoy haciendo internamente al menos, el término «neurótico». Es una división entre lo que uno es y lo que siente, y lo que piensa que es, lo que la sociedad le dice que es, lo que debería ser…
No usaría tóxico porque creo que las personas que intoxican son en sí mismas víctimas de una educación neurótica, que le negaron ser lo que son, que le llevaron por un camino de amargura, y ahora es esa amargura la que se expresa… No se sienten a gusto consigo mismos, con el mundo y con la vida, no han aprendido, no han desarrollado, no tienen una forma sana de relacionarse consigo mismos ni con los demás, y por eso no son capaces de nutrirse ellos y nutrir sus relaciones.
Eso no quita que yo me esté dando cuenta ahora de que sí que existe este tipo de personas, que no me nutre, sino que acrecienta mi desnutrición… Y que yo decida alejarme. Pero es con otra actitud, con otra conciencia.
Y, por supuesto, en todo esto se mezcla la tan sesgada visión de ser extrovertido hiper-positivo para ser considerado una persona nutritiva, o caer en el saco de tóxico «solo» porque eres introvertido, tranquilo y te permites reconocer tus emociones negativas.
En fin, poco más que añadir a tu comentario, Eulalia, que me parece muy enriquecedor en muchos sentidos ^_^
Muchas gracias!
«Eso es lo que quiero destacar: las emociones en una relación dependen de la combinación de dos personas, con sus actitudes, estados emocionales, creencias, expectativas, necesidades, valores, experiencias, aprendizajes, habilidades emocionales… propias.»
La combinación….. esto me ha hecho pensar…. para bien.
No lo había planteado desde esta perspectiva. Lo revisaré en mis recuerdos (experiencias pasadas) y en un presente del cual tengo a una persona muy cercana, mi madre…
Gracias por escrirlo.
Un saludo
Me alegra saber que te ha servido para re-interpretar tu pasado y tu presente ,)
No estamos solas, no somos islas… estamos integradas en un sistema.
Verlo a esta nueva luz nos permite ajustar un poco más y mejor las creencias que teníamos acerca de lo que el otro «debe» cambiar, o lo que debemos cambiar en nosotras… y lo que «simplemente» hay que entender y aceptar. A veces, por mucho que una quiera, las cosas no casan. Y eso no impide que haya una relación cercana o de cariño.
Un abrazo.
Hola, me encanto el articulo. Coincido con Uds. En el hecho de dejar de escuchar, oresrar atencion, no juzgar, tratar de ver mas alla de esos comentarios y quehas emitidas. Me hizo mucho ruido » La otra persona me hizo sentir mal, o soy yo la que me siento mal»» Victima o responsable?? Muchas gracias!!
Así es Liliana.
Para mí es fundamental cambiar el enfoque para poder sentirme responsable de mi propia felicidad.
Me alegra ver que te ha servido para recordarte esa actitud y ponerla en práctica, para no sentirte víctima.
Te felicito.
Abrazos,
Irtha.
Me pasa como a ti. Cada vez que leo o escucho lo de persona tóxica se me retuercen las tripas, sobre todo, en la versión del “aléjate de las personas negativas que cuentan problemas y penas”. No me gusta porque nos vende la idea de que compartir con los demás tu vulnerabilidad, tus momentos bajos, tus miedos y tus preocupaciones, está mal. Y así nos va. Todos poniendo buena cara, respondiendo “bien” cuando te preguntan qué tal estás y tratando de aparentar estar siempre felices y contentos… no vaya a ser que te conviertas en una de esas personas tóxicas con las que nadie quiere estar. Además, estoy totalmente de acuerdo con lo que dices de que en ese saco nos meten muchas veces a las personas introvertidas. Un saludo, Irtha!
Lo has resumido perfectamente, escapista.
Es la visión positiva llevada al extremo. Y agota mucho.
Entiendo que no es lo mismo alguien que habla puntualmente de sus problemas, a quien lo hace constantemente. Pero aún así, creo que merecen respeto. Y creo que cada vez más hemos reducido nuestro umbral de «aguante». Que tendemos a meter en ese saco a las personas a la primera que se comportan de una manera que no nos resulta agradable.
Afortunadamente hay personas que entienden la situación que cada persona está viviendo y valoran la vulnerabilidad.
Me alegra mucho ver que no soy la única, que hay muchas más personas con esta mentalidad o dirigiéndose a ella.
Gracias por compartir tu experiencia.
Un abrazo ,)